viernes, 28 de febrero de 2014

X

En una tarde nublada y fría, dos niños patinaban sin preocupación sobre una laguna congelada. De repente el hielo se rompió, y uno de ellos cayó al agua. El otro agarro una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas, hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: “¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es imposible que haya podido quebrarlo con esa piedra y sus manos tan pequeñas...”
En ese instante apareció un abuelo y, con una sonrisa, dijo:
—Yo sé cómo lo hizo.
— ¿Cómo? —le preguntaron.
—No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.


"Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr".
Einstein

IX


VIII (Las matemáticas de los animales)

"Algunos animales distinguen entre distintas cantidades y utilizan contabilidad rudimentaria. Se sabe que los elefantes realizan aritmética simple y los monos Rhesus pueden contar. Las hormigas usan valores cuantitativos y saben trasmitir esta información; de hecho, las hormigas de varias especies son capaces de estimar con bastante precisión el número de encuentros con miembros de otras colonias en sus territorios de alimentación. Por su parte, chimpancés jóvenes han superado a estudiantes humanos en tareas como recordar números."

http://es.wikipedia.org/wiki/Cognici%C3%B3n_animal


"Por su parte, chimpancés jóvenes han superado a estudiantes humanos en tareas como recordar números."

Y aca, estudiantes humanos, no son capaces de recordar una clave de 4 (cuatro) números.
Que no la recuerden luego de tres meses de no usarla, vaya y pase. Luego de un mes (...). Luego de una semana es preocupante. Luego de un día es insultable. En los 4 metros que hay desde mi puesto hasta donde se usa dicha clave... ese estudiante humano no merece estar respirando el mismo aire que yo... TRÁIGANME UN MONO!!!!!

VII (Análisis de sujetos del comedor expuestos a vacaciones)

Luego de algunos análisis y varios sujetos de prueba, llegué a una conclusión:

Muchas sujetos, luego de un período prolongado de ausencia en el comedor (llámese vacaciones), no recuerdan el mecanismo de carga de dinero en su cuenta. 
Ya se ha hablado sobre la dificultad que acarrea el uso de la tarjeta (refiriéndose a la forma de pasarla por el lector de tarjetas). Lo que se ha observado es que tienen problemas en el orden correcto de los “pasos” a seguir para poder cargar dinero.

- Ejemplo 1: “¿Me podés cargar $10?” (Y se quedan mirando a la nada... suponiendo que su humilde servidor sabe su nombre y/o número de documento, cosa imposible para mi ya que no soy Rayman).
- Ejemplo 2: “¿Me podés cargar $10?” (Y me dan los $10 junto a la tarjeta... no se... esperarán que yo la pase por ellos).
- Ejemplo 3: “¿Me podés cargar $10?” (Pasan correcta y milagrosamente la tarjeta, le cargo los $10, y amagan a irse sin pagar. Es entonces que tengo que avisarles que me tienen que pagar a mi).
En todos los casos la respuesta que dan es “uuh... es que hace tanto que no vengo que me olvidé”

 En conclusión: Cuando estos sujetos dejan de hacer una actividad simple por determinado tiempo, se olvidan de como realizarla. 
Por simple deducción puedo decir que este fenómeno también puede aplicarse a otras actividades, como por ejemplo sumar y restar, andar en bicicleta, o más preocupante, caminar sin perder el equilibrio luego de una noche de sueño.

VI


V (Con mi barco yo me fuí a naufragar)

En esa foto estoy en mi velero. Soy el de la izquierda, la otra figura humanoide es un juego de sombras que astutamente preparé para fingir que no estoy solo… por protección… y de paso tengo a algo con quien hablar; yo lo llamo Wislon…
No me acuerdo en que lugar fue tomada esa foto… ni quien la tomó… ni porque la tengo en mi poder… ¿magia tal vez? Es lo más factible que se me ocurre.
¿Por qué no me acuerdo de esa foto? Resulta que navegando por el Mar Argentino, me sorprendió una fuerte tormenta. Yo, hábil marinero, luché contra la tempestad que me arrojaba Poseidón (que como todo el mundo sabe, se encuentra a la sombra del Gran Pilar bajo el fondo del mar, vestido en su armadura dorada, y protegido por los siete guardianes de los océanos, y está tan al pedo que se divierte jodiendo a los marineros desde épocas inmemoriales). Sigo. Las horas pasaban y la tormenta no cedía (Poseidón estaba encabronado enserio). Entonces una ola del tamaño de la Pirámide de Keops chocó contra mi velero… con tanta mala suerte que la ola arrastraba a un tiburón martillo que impactó contra el timón, destruyéndolo en 1607 partes. No me quedó otra solución que atarme al mástil del velero (así lo vi en los Simpsons en que el capitán se ataba al mástil de su barco); Wislon me ayudó con la soga.
Tres días después me desperté. Aún atado. No vi a Wislon y me preocupé. Pero luego me acordé de que él le teme a las tormentas, así que lo más probable era que estuviese escondido bajo cubierta. Me desaté y si, mi compañero estaba escondido bajo la mesada. Cuado subimos a cubierta fue cuando fue tomada esa foto. Un 20 de julio de 2006, en las costas del sur de la provincia de Buenos Aires (¡¡me acordé!!)… un frío de ostias hacía… y yo de bermudas violeta como se aprecia en la imagen. Eran como las 8 de la mañana, de ahí la cara de sueño de Wislon.
Improvisamos un timón usando un salvavidas y así pudimos llegar a la costa.
Ese fue mi aventura en velero en las costas de la Patagonia. Otro día os contaré sobre mi travesía en el Caribe (¡¡¡hay piratas y de todo en esa aventura!!!... Y UN LORO).

IV


III (Definición de frío)

+18° C – En Hawaii usan dos mantas.

+10° C – En los edificios de Helsinki quitan la calefacción.

+2° C – Los coches italianos no arrancan.

0° C – El agua se congela.

-1° C – Ves tu aliento. Los rusos están tomando helado y bebiendo cerveza fría.

-4° C – Tu perro se mete en tu cama.

-10° C – Los coches franceses no arrancan.

-12° C – Los políticos empiezan a hablar de los vagabundos.

-15° C – Los coches americanos no arrancan .

-20° C – Oyes tu respiración.

-24° C – Los coches japoneses no arrancan .

-28° C – Tu perro se mete en tu pijama.

-29° C – Los coches alemanes no arrancan .

-30° C – No hay ningún coche normal que arranque.

-36° C – Los coches rusos no arrancan .

-39° C – Los rusos se abrochan todos los botones de la camisa.

-50° C – Tu coche se mete en tu cama.

-60° C – La gente en Helsinki están congelados. En Moscú se abrochan los abrigos.

-70° C – El infierno está congelado.

-72° C – Los abogados empiezan a ponerse las manos en los bolsillos.

-120° C – El alcohol se congela. Los rusos se ponen bastante nerviosos.

-273,15° C – Cero absoluto. Las moléculas dejan de moverse. Los rusos chupan el vodka congelado.

II


I